Según el diccionario de la real academia española, superstición se define como “una creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón”. Pero para el pueblo mapuche, adquiere un valor especial. Según los araucanos, todo el universo está de alguna forma unido y entrelazado, por lo tanto, si algo de él es alterado, se rompe el equilibrio y se ve reflejado en alguna señal concreta. La mayoría de las supersticiones mapuches tienen relación con los animales y su comportamiento.
El moscardón: se considera al moscardón como el alma de alguien fallecido. Si un moscardón entra a la ruca de alguien enfermo, al rato le lloran por muerto ya que se dice que son las almas de los parientes que vienen por él. Cuando acuden a las borracheras, dicen también que son los parientes que viene a holgarse y a beber, incluso, cuando se presentan los moscardones, se derrama el primer jarrón de chicha para que caciques y parientes difuntos beban. Si a la hora de almuerzo se bebe chicha, se meten los dedos en el primer jarrón ha beber, y se salpica a modo de agua bendita a los difuntos, diciendo pu am, que es un brindis a las almas.
Aves: el mero es particularmente el pájaro agorero. Si se sienta a cantar en alguna casa, dicen que va a anunciar la muerte de algún habitante de esta o de la vecindad; y si hay algún enfermo, se le desahucia inmediatamente y se comienzan los preparativos para su funeral, se le da por muerto. Hay comportamientos en las aves, que acusan, por ejemplo, una posible lluvia: el bañarse el shiwü (jilguero) en invierno; el pararse el troroke (chajá) sobre un árbol; silbar el f’du (perdiz) de noche. Hay aves que se consideran paradigmas de lo bueno y lo malo. El ñamku es por excelencia el ave benéfica, mientras que el choñchoñ y el wadka son reconocidas por traer o anunciar un suceso negativo.
Zorrilla: si un mapuche se dirige a la guerra o a cualquier lugar y en el camino se da cuenta que lo sigue una zorrilla, es porque buscar comer de sus carnes. Si la zorra se cruza en el camino y pasa por el lado derecho, es una señal de buena suerte y el indígena puede ir tranquilo a su destino, pero si al cruzarse la zorra toma la ruta por el lado izquierdo, lo más aconsejable es que se devuelva por donde vino, ya que algo negativo de seguro sucederá.
Partos: en el momento de los dolores de parto, las mujeres eran echadas de las casas para ir a parir junto al río, porque consideran que las mujeres preñadas están rodeadas de males y si tienes a sus hijos en las casas, toda la familia y sus pertenencias de tiñen de esta maldad.
Otros: Si suena la lumbre, es señal de venir huéspedes; si se acerca a sus casas algún remolino, es que han de asaltarlos los enemigos; si les zumban los oídos, es que les están murmurando: si se les cae el bocado que llevan en la boca, es que alguien se los quiere se acuerda de ellos.
El moscardón: se considera al moscardón como el alma de alguien fallecido. Si un moscardón entra a la ruca de alguien enfermo, al rato le lloran por muerto ya que se dice que son las almas de los parientes que vienen por él. Cuando acuden a las borracheras, dicen también que son los parientes que viene a holgarse y a beber, incluso, cuando se presentan los moscardones, se derrama el primer jarrón de chicha para que caciques y parientes difuntos beban. Si a la hora de almuerzo se bebe chicha, se meten los dedos en el primer jarrón ha beber, y se salpica a modo de agua bendita a los difuntos, diciendo pu am, que es un brindis a las almas.
Aves: el mero es particularmente el pájaro agorero. Si se sienta a cantar en alguna casa, dicen que va a anunciar la muerte de algún habitante de esta o de la vecindad; y si hay algún enfermo, se le desahucia inmediatamente y se comienzan los preparativos para su funeral, se le da por muerto. Hay comportamientos en las aves, que acusan, por ejemplo, una posible lluvia: el bañarse el shiwü (jilguero) en invierno; el pararse el troroke (chajá) sobre un árbol; silbar el f’du (perdiz) de noche. Hay aves que se consideran paradigmas de lo bueno y lo malo. El ñamku es por excelencia el ave benéfica, mientras que el choñchoñ y el wadka son reconocidas por traer o anunciar un suceso negativo.
Zorrilla: si un mapuche se dirige a la guerra o a cualquier lugar y en el camino se da cuenta que lo sigue una zorrilla, es porque buscar comer de sus carnes. Si la zorra se cruza en el camino y pasa por el lado derecho, es una señal de buena suerte y el indígena puede ir tranquilo a su destino, pero si al cruzarse la zorra toma la ruta por el lado izquierdo, lo más aconsejable es que se devuelva por donde vino, ya que algo negativo de seguro sucederá.
Partos: en el momento de los dolores de parto, las mujeres eran echadas de las casas para ir a parir junto al río, porque consideran que las mujeres preñadas están rodeadas de males y si tienes a sus hijos en las casas, toda la familia y sus pertenencias de tiñen de esta maldad.
Otros: Si suena la lumbre, es señal de venir huéspedes; si se acerca a sus casas algún remolino, es que han de asaltarlos los enemigos; si les zumban los oídos, es que les están murmurando: si se les cae el bocado que llevan en la boca, es que alguien se los quiere se acuerda de ellos.
Información: "Los aborígenes de Chile", José Toribio Medina, 1952.
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