Al consultar el diccionario de la Real Academia Española, y encontrarnos con el término patria, se hace inevitable destacar lo siguiente: “ Tierra natal o adoptiva ordenada como nación a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos.” ¿Pero basta con nacer o vivir en un lugar para sentirse parte real de este, además de su cultura, e incluso identidad? Pensemos un momento en lo que identifica a Latinoamérica, que hace que sea una sola gran patria. Podemos decir, por ejemplo, que el arte y sus corrientes y estilos, se viven de manera muy particular. Aquí existen todas las vanguardias europeas, en la misma sucesión y orden que Europa, pero sin el fondo, desteñido del sentido original por el que se crearon. Acá la forma se despoja del fondo.
¿Cómo se podría explicar el comportamiento del arte y espectadores Latinoamericanos? ¿Se relaciona esto con nuestras raíces? Evidentemente es inútil creer que uno puede despojarse de quien es y pretender ser europeo o asiático, incluso, la idea de aspirar a ser como ellos, acá resulta utópica. Es aquí donde la teoría de que si quizás los colonizadores hubiesen sido alguna nación Europeo con un nivel de desarrollo suficiente, nuestro sino hubiese sido totalmente distinto. De hecho, es hasta que Latinoamérica se libera cuando se comienza a modernizar. Resulta injusto, claro, culpar a las naciones “madres” de nuestra subdesarrollada condición. Es importante destacar, que nuestra historia continental a sido fuertemente marcada desde un comienzo por violaciones. De nuestras tierras y de la gente, y con ella, la identidad, estos hechos delimitan un proceso social en el arte, acompañado además de una serie de adaptaciones a través del tiempo. Para entender esto, es necesario darle un valor real al arte, dejar de la lado la tendencia de tasar con un “precio” y no una valoración de acuerdo a lo que históricamente representa.
Cuando se habla de pastiche, hace referencia a la cualidad de Latinoamérica de no encontrar un lugar, ese lugar al cual se pertenece, es por esto que nos vemos obligados a tomar características, comportamientos y elementos extranjeros. Los que “usamos” descaradamente como nuestros, innatos y cotidianos. Ir de Shopping al Mall o celebrar navidad, hoy resulta algo total y completamente normal e incluso podremos denominarlo “nuestro”, “propio” y “chileno”.
Bricolage o más bien bricolaje, se define de la siguiente forma en la versión online del diccionario de la Real Academia de la legua Española: “Actividad manual que se manifiesta en obras de carpintería, fontanería, electricidad, etc. Realizadas en la propia vivienda sin acudir a profesionales”. Apoya la idea de tener y trabajar el arte con tendencias Europeas pero a la usanza Americana. ¿Tendremos entonces el título de posmodernos, siglos antes de que este existiese y de una muy singular manera?
Los medios de comunicación masivos, ejercen una presión sobre la sociedad actual. Nos indican que hacer, como actuar, que comer, a quien idolatrar e incluso como pensar. Teniendo éxito, claro, en los sectores más desprotegidos, ya sea porque se les oculta información o porque simplemente no la comprenden. No olvidemos tampoco que los medios masivos de comunicación representan una amenaza directa a las tradiciones populares, algunos instruidos en el tema pensaron, incluso, que lo culto y lo popular seria totalmente desplazado por lo masivo, una subcultura que esta siempre determinado por sus agentes y la extensión de su público . Este proceso de “dominación” viene desde mucho antes, antes de la aparición de la televisión y mucho antes de la radio. Todo comienza cuando se intenta homogenizar a las culturas americanas, por medio de la conquista, colonización y ,la nunca infaltable, cristianización. Destaco a Canclini cuando dice:” La noción de cultura masiva surge cuando ya las sociedades estaban masificadas.”
Cuando se logró la masificación sociopolítica y masificación impulsada por la alianza de medios y populismo, las comunicaciones masivas cambiaron su participación. Aparecen como agentes de innovación desarrollista. Mientras se industrializa la producción y se multiplican incansablemente los bienes de consumo modernos; la televisión, radio e incluso los medios escritos, los publicitan con el fin de “enganchar” a nuevos consumidores y sus necesidades.
El arte que llega a ser expuesto ante un medio masivo, como por ejemplo la televisión, esta despojado de su inspiración inicial, muchas veces se desvirtúa y se saca de contexto. Es probable que los discursos sociales queden a un lado y se de paso a una cierta “garantía”, que significa ver a un actor contando su proceso de construcción de personaje en un “matinal” o programa de “opinologia” para contextualizarlo en Chile.
¿Cómo se podría explicar el comportamiento del arte y espectadores Latinoamericanos? ¿Se relaciona esto con nuestras raíces? Evidentemente es inútil creer que uno puede despojarse de quien es y pretender ser europeo o asiático, incluso, la idea de aspirar a ser como ellos, acá resulta utópica. Es aquí donde la teoría de que si quizás los colonizadores hubiesen sido alguna nación Europeo con un nivel de desarrollo suficiente, nuestro sino hubiese sido totalmente distinto. De hecho, es hasta que Latinoamérica se libera cuando se comienza a modernizar. Resulta injusto, claro, culpar a las naciones “madres” de nuestra subdesarrollada condición. Es importante destacar, que nuestra historia continental a sido fuertemente marcada desde un comienzo por violaciones. De nuestras tierras y de la gente, y con ella, la identidad, estos hechos delimitan un proceso social en el arte, acompañado además de una serie de adaptaciones a través del tiempo. Para entender esto, es necesario darle un valor real al arte, dejar de la lado la tendencia de tasar con un “precio” y no una valoración de acuerdo a lo que históricamente representa.
Cuando se habla de pastiche, hace referencia a la cualidad de Latinoamérica de no encontrar un lugar, ese lugar al cual se pertenece, es por esto que nos vemos obligados a tomar características, comportamientos y elementos extranjeros. Los que “usamos” descaradamente como nuestros, innatos y cotidianos. Ir de Shopping al Mall o celebrar navidad, hoy resulta algo total y completamente normal e incluso podremos denominarlo “nuestro”, “propio” y “chileno”.
Bricolage o más bien bricolaje, se define de la siguiente forma en la versión online del diccionario de la Real Academia de la legua Española: “Actividad manual que se manifiesta en obras de carpintería, fontanería, electricidad, etc. Realizadas en la propia vivienda sin acudir a profesionales”. Apoya la idea de tener y trabajar el arte con tendencias Europeas pero a la usanza Americana. ¿Tendremos entonces el título de posmodernos, siglos antes de que este existiese y de una muy singular manera?
Los medios de comunicación masivos, ejercen una presión sobre la sociedad actual. Nos indican que hacer, como actuar, que comer, a quien idolatrar e incluso como pensar. Teniendo éxito, claro, en los sectores más desprotegidos, ya sea porque se les oculta información o porque simplemente no la comprenden. No olvidemos tampoco que los medios masivos de comunicación representan una amenaza directa a las tradiciones populares, algunos instruidos en el tema pensaron, incluso, que lo culto y lo popular seria totalmente desplazado por lo masivo, una subcultura que esta siempre determinado por sus agentes y la extensión de su público . Este proceso de “dominación” viene desde mucho antes, antes de la aparición de la televisión y mucho antes de la radio. Todo comienza cuando se intenta homogenizar a las culturas americanas, por medio de la conquista, colonización y ,la nunca infaltable, cristianización. Destaco a Canclini cuando dice:” La noción de cultura masiva surge cuando ya las sociedades estaban masificadas.”
Cuando se logró la masificación sociopolítica y masificación impulsada por la alianza de medios y populismo, las comunicaciones masivas cambiaron su participación. Aparecen como agentes de innovación desarrollista. Mientras se industrializa la producción y se multiplican incansablemente los bienes de consumo modernos; la televisión, radio e incluso los medios escritos, los publicitan con el fin de “enganchar” a nuevos consumidores y sus necesidades.
El arte que llega a ser expuesto ante un medio masivo, como por ejemplo la televisión, esta despojado de su inspiración inicial, muchas veces se desvirtúa y se saca de contexto. Es probable que los discursos sociales queden a un lado y se de paso a una cierta “garantía”, que significa ver a un actor contando su proceso de construcción de personaje en un “matinal” o programa de “opinologia” para contextualizarlo en Chile.
Informacion: Citas del libro "Culturas híbridas" de Néstor G. Canclini. También se cito el diccionario de la Real Academia Española Online. www.rae.es
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