domingo, 8 de julio de 2007



Síntesis

Sin duda alguna, Latinoamérica es un continente con una cultura híbrida, pero no por eso menos importante o interesante que lugares con una identidad sociocultural más clara.
Cuando se habla de una sociedad culta, popular o moderna (tres posibilidades de América latina) no se busca encasillar al tipo de gente que habita el continente y menos el arte que aquí nace. Tampoco condenar a nadie por tener gusto de un tipo quizás más Europeo o Estadounidense. No resulta lógico juzgar a un grupo de personas que disfrutan de Friends o del cine norteamericano, lo que si es debido criticar, es como estos productos invaden nuestra cultura y no dejan respirar lo que es propio de nosotros, ni dejan un hueco para sentirnos orgullosos de tener la cultura que tenemos o de vivir en la tierra en que vivimos. No es un problema disfrutar de lo ajeno, si no volverlo propio y olvidar las raíces, el origen.
Pero si nuestra cultura es tan diversa y “especial” ¿Qué hace que simplemente la olvidemos? Pensando en olvidar como :”Dejar de tener en el afecto o acción a alguien o algo.” Según la Rae, nos hace precisar y descubrir lo que falta. Quizás es la tierra o la falta de comprensión y la poca sensación de pertenencia. Quizás es la televisión con su mucha información. Quizás sea solo flojera o miedo.
No nos debe impactar entonces el hecho de que se busquen espacios urbanos o se alteren monumentos para decir lo que se piensa, sea a favor o en contra de una determinada situación. Ya que las culturas masivas no han dejado el espacio que la identidad necesita. Que nuestra identidad con sus pastiches e incoherencias necesita. Un último punto que quiero destacar es que el arte Latinoamericano se ve necesitado , últimamente, de mensajes y de descontento. De críticas que sean concisas y claras, comprensibles para todo el mundo, pero no por eso menos profundas. No es necesario ser un intelectual para darse cuenta que el mundo no funciona como los ideales de las masas quisiesen.
A pesar de lo mucho que perjudican los medios de comunicación masivos al desarrollo de Latinoamérica, no podemos quedar ajenos al hecho de que en algunas instancias han sido de utilidad. Por ejemplo en México, gracias al cine y la radio, el pueblo a conocido y reconocido parte de sus costumbres y etnias. Ojalá que en Latinoamérica las comunicaciones encuentren un rumbo similar.
Siempre, por más que busquemos una identidad única y “pura”, seremos una cultura híbrida.

Lenguaje urbano

Tecnologías comunicativas ¿Sustituyen la herencia del pasado y las interacciones públicas?
La historia puede tener un uso moderno y uno posmoderno. Para extender un poco más este tema, con el fin de despejar dudas, Canclini se refirió a los monumentos. “¿Qué sentido conservan o renuevan, en medio de las transformaciones de la ciudad, en competencia con fenómenos transitorios como la publicidad, los graffiti y las manifestaciones políticas?” planteó. Pero antes que nada, contextualicemos los monumentos. El movimiento momumentalista se inició como expresión de sistemas autoritarios en una precolombina Latinoamérica. Se hace necesario conocer como el proceso de independencia y construcción de nuestro continente dió a luz a enormes edificios y murales, además de retratos de próceres y calendarios de efemérides ,y se convirtieron así ,en íconos representativos.
Lo que pretenden decir hoy los monumentos, que se encuentran inmersos en una simbólica urbana contemporánea, pudiese tratarse del espíritu de movimientos masivos,en otras palabras, procesos revolucionarios populares. Los monumentos reflejan periodos y estilos históricos y artísticos. La principal hibridación quedó al descubierto cuando nos damos cuenta que los próceres de la independencia se ven forzados a interactuar con el crecimiento urbano, publicidad, graffiti y movimientos sociales modernos, como el feminismo. Pero así, como son parte de la modernidad, pueden ser usadas en contra de ésta. La iconografía de las tradiciones nacionales es utilizada como recurso para luchar contra quienes, en nombre de otras tradiciones, se oponen rotundamente a la modernidad. Aún así, los héroes del pasado sobreviven entre conflictos sociales y propaganda.
Hoy los objetos se distribuyen en determinados lugares: la mercadería en tiendas, los objetos del pasado en museos de historia y las piezas de arte en museos de arte. Mientras la labor de las escuelas, y sobre todo los medios masivos de comunicación, es explicar su mensaje y uso. Frente a esto, Canclini recalca que : “Una clasificación rigurosa de las cosas y de los lenguajes que hablan de ellas sostiene la organización sistemática de los espacios sociales que deben ser consumidos.” Esto es lo que le da un cierto orden a la vida del consumidor, inclusive cosas como que decir y que hacer en una determinada situación.
Para ser un culto moderno es necesario tener la vida compartimentada y organizada en sistemas sociales, esto me permitirá tener claro cosas tan básicas como qué se compra para usar, qué se rememora y lo de goce simbólico.
En la ciudad, los intereses mercantiles se cruzan con los históricos, estéticos y comunicacionales, y es éste choque el que produce un conflicto entre fuerzas sociales: mercado, historia, estado, publicidad y lucha popular por sobrevivir. Se produce además una lucha semántica, ya que cada fuerza intenta sabotear el mensaje de la otra, y así sacar enemigos del camino.
Los héroes de ayer siguen luchando hoy con los movimientos sociales que los sobreviven, ya que los monumentos se encuentran expuestos a las dinámicas urbanas. Un ejemplo de esto son las señalizaciones. Pero a la vez son estas mismas dinámicas las que insertan los monumentos en la Latinoamérica contemporánea con graffiti y manifestaciones. Los monumentos. sin duda, se actualizan pero gracias a las “irreverencia” de los ciudadanos.
Dentro de los lenguajes urbanos fuertes se destacan: graffiti, carteles comerciales, manifestaciones sociales y políticas y los monumentos. Definimos monumentos como un recuerdo político de personas o hechos influyentes para el Estado. Los carteles comerciales, por su parte, intentan enganchar la vida cotidiana y el poder económico, mientras que los graffiti se resume como una crítica, claramente, popular hacia un orden impuesto. Esta demás decir que los anuncios a veces ahogan la identidad histórica. Son los graffiteros, con sus escuetos poemas las que consideran que son escasos los monumentos que expresan, abiertamente y sin miedos, el movimiento y peso de la sociedad.
Canclini cierra con una pregunta el tema: “¿No es una evidencia de la distancia entre un estado y un pueblo, o entre historia y presente, la necesidad de rescribir políticamente los monumentos?”

Informacion: Citas del libro "Culturas híbridas" de Néstor G. Canclini. También se cito el diccionario de la Real Academia Española Online. http://www.rae.es/

El rito de la identidad

Lejos quedan las representaciones de antaño que buscaban reflejar, de la manera más realista, los pesares y alegrías de las masas. La literatura, la televisión y el cine se encargan hoy de entregar una imagen de espectáculo más que la verdad cotidiana. Se habla entonces que las imágenes son elegidas con fines de legitimación política.
Según el tradicionalismo, la identidad cultural esta conformada de forma principal por el patrimonio. Para hablar de patrimonio, es necesario dar a conocer dos movimientos de suma importancia; ocupación de un territorio delimitado claramente y la formación de colecciones. Pero se hace necesario empezar del principio. Identidad, en su acepción más adecuada para esta situación, según el diccionario de la Real Academia De La Lengua Española, por Internet, se define como: “ Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás.” Entonces podemos decir que tener identidad es tener, valga la redundancia, un país, una ciudad o simplemente un barrio. Un lugar donde el actuar de todos sea o intente ser idéntico. En estas tierras, la identidad queda al descubierto y presente en todos lados, se celebra en fiestas y se dramatiza en rituales cotidianos, se dice que la identidad se pone en escena. Cuando se tiene una relación natural con la tierra, por ejemplo si se nace en ellas, la identidad resulta ser algo indudable.
Los que se encuentran, definitivamente, ajenos a estas tierras y rituales, son considerados como el resto, o sea, los otros; con sus costumbres y lugares propios.
La identidad, aunque sea de momentos lugares o gente pasada, siempre encuentra su espacio. La forma que encuentra, o que le han dado para estar en todas partes hoy, es a través de monumentos y museos. Los monumentos representa, por lo general, la iconografía fundadora y se encuentran en plazas o lugares públicos, sitios de “nadie” y a la ves de todos (pensando en todos como el conjunto que habita los que habitan en las cercanías). Allí se conservan, sin duda, los modelos de la identidad pura.
“(...) lugares donde se reproduce el sentido que encontramos al vivir juntos.” Dice García Canclini de los museos y monumentos. Los tradicionalistas han tenido una labor protectora y resguardadora frente a la indiferencia de algunos sectores, los agentes modernizadores y factores externos, que han encontrado en los bienes culturales un espacio propicio para desarrollarse. Para esto, se democratizo el acceso y uso de las piezas de historia. Más allá de solo cuidar estos bienes, con estas acciones “protectoras” se busca la difusión o un campaña para culturizar , en escuelas y museos , las irreconciliables tradiciones de clases y etnias.
Los tradicionalistas (liberales), a pesar de tener una carácter mas democratizado que el autoritarismos conservador, evitan que el patrimonio acuse. Así lo propone Canclini en el capitulo; Para que sirven los ritos: identidad y discriminación de su libro Culturas híbridas: “Disimula que los monumentos y museos son, con frecuencia, testimonios de la dominación más que la apropiación justa y solidaria del espacio territorial y del tiempos histórico.” Existen pueblos invasores, que no se enorgullecen por su condición como tal, o al menos eso intentan aparentar ya que a pesar de esto, ocultan la heterogeneidad y divisiones de los hombres representados. Pensando el rito como una “costumbre o ceremonia”, definición del diccionario de la Real Academia Española, podemos decir que se le dio un uso incluso armamentista, como dispositivo de neutralización, capaz de reproducir autoritariamente el orden y las diferencias sociales. El rito se distingue de otras prácticas porque no se discute, no se cambia, y en ningún caso se cumple a medias. Si se cumple, uno da la prueba de lealtad y de pertenencia a una comunidad o transgrede y se queda definitivamente excluido de la comunión.
Ritos políticos y culturales ¿Sagrados?, si tenemos claro los componentes de lo sagrado; lo que sobrepasa la comprensión del hombre, y menos tiene la cualidad de cambiarlo o evitarlo. Los ritos políticos y culturales, al ser de orden social inmodificable, es que toman este matiz sobrehumano.
Es importante destacar que existen museos, como el Museo de Tamayo, que ritualizan el patrimonio organizando los hechos por referencia a un orden trascendente, esto hace que el material que sea exhibido y reorganizado en función de un sistema conceptual ajeno.
Bourdieu fue uno de los autores destacados en esta materia por Canclini, ya que tenia una visión laica del ritual, cuestionándose siempre en relaciona su función social. Para Bourdieu, el rito tiene un carácter de legitimización, instituye la eterna división entre quieres participan y quienes quedan fuera de la sociedad. Esto, la barrera divisora de incluido y excluido, se “naturaliza” de forma imponente cuando sucede en las culturas tradicionales. El ritual sanciona, en un mundo simbólico, las distinciones establecidas por desigualdades sociales.
Lo esencial a destacar es que sin importar la identidad, es la cualidad de ésta como tal lo importante. No hay que negarse a las raíces y tradiciones, si no comportarse como un buen heredero. Capaz de comprender que lo que se tiene es un regalo, un “don”. Debemos saber disfrutar de la música, el arte y los museos. Lo único prohibido es renegar mis orígenes, y menos desertar de mi destino, sentencia el tradicionalismo.
Informacion: Citas del libro "Culturas híbridas" de Néstor G. Canclini. También se cito el diccionario de la Real Academia Española Online. www.rae.es

El arte hoy

El arte o a lo que nosotros nos referimos actualmente en Latinoamérica, como tal se caracteriza por ser una mezcla poco clara de tendencias. ¿No resulta peculiar escuchar a un Gardel electrónico? Desde hace un tiempo que se viene cruzando la herencia indígena y colonial con el arte contemporáneo y las culturas electrónicas. Con una pregunta Canclini lo aclara:

(…)¿Cómo estudiar las astucias con que la ciudad intenta conciliar todo lo que llega y prolifera, y trata de contener el desorden: el trueque de lo campesino con lo transnacional, el embotellamiento de los coches frente a las manifestaciones de protesta, la expansión del consumo junto a las demandas de los desocupados, los duelos entre mercancías y comportamientos venidos de todas partes?

Cuando una cultura se encuentra modernizada o en proceso de modernizarse, es posible distinguir tres clasificaciones para el público; saber de historia del arte, literatura y ciencias, te hace un culto moderno; lo popular se caracteriza por conocimientos en antropología e interés por el folclor, así como populismos políticos, al revindicar el saber y las practicas tradicionales Para terminar, engendrado por industrias culturales, encontramos lo masivo.
Un punto de encuentro entre los tradicionalistas y modernizadores es la búsqueda de objetos puros. Mientras los tradicionalistas sueñan con culturas nacionales y populares “auténticas” (sin influencias extranjeras de ningún tipo y menos con rasgos industrializados), los modernizadores conciben el arte por el arte y confían a la experimentación sus fantasías de progreso. Estas diferencias servirían luego para organizar los bienes y las instituciones. Tan simple como que las artesanías solo tenían lugar en las ferias y las obras de arte en museos.
Desde el liberalismo hasta el desarrollismos (ideologías modernizadoras) se acentuó esta división ya que vieron en la modernización el fin de la producción, creencias y bienes tradicionales. A esto se refiere Canclini al decir: “Los mitos serán sustituidos por el conocimiento científico, las artesanías por la expansión de la industria, los libros por los medios audiovisuales de comunicación.” Pero la labor de la modernización no es suprimir totalmente lo culto y lo popular, de hecho en este momento es cuando hay más ediciones de libros. Algunas novelas, incluso, alcanzan más éxito que las películas filmadas sobre sus textos. No olvidemos tampoco la gran cantidad de artesanos , músicos y la fuerte difusión del folclor. La modernización simplemente disminuye la importancia de lo culto y lo popular tradicional, pero en ningún caso eliminarla por completo. Actualmente, se pierde la individualidad del arte, no los bienes (cultos o populares) ,pero si su carácter de “medio de expresión” para el autor, claro que sin olvidar que el arte no es solo un objeto de valor estético, sino un medio de comunicación al que en ocasiones es necesario reaccionar.
Informacion: Citas del libro "Culturas híbridas" de Néstor G. Canclini. También se cito el diccionario de la Real Academia Española Online. www.rae.es

Introducción: ¿Por qué de pastiche y bricolage?

Al consultar el diccionario de la Real Academia Española, y encontrarnos con el término patria, se hace inevitable destacar lo siguiente: “ Tierra natal o adoptiva ordenada como nación a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos.” ¿Pero basta con nacer o vivir en un lugar para sentirse parte real de este, además de su cultura, e incluso identidad? Pensemos un momento en lo que identifica a Latinoamérica, que hace que sea una sola gran patria. Podemos decir, por ejemplo, que el arte y sus corrientes y estilos, se viven de manera muy particular. Aquí existen todas las vanguardias europeas, en la misma sucesión y orden que Europa, pero sin el fondo, desteñido del sentido original por el que se crearon. Acá la forma se despoja del fondo.
¿Cómo se podría explicar el comportamiento del arte y espectadores Latinoamericanos? ¿Se relaciona esto con nuestras raíces? Evidentemente es inútil creer que uno puede despojarse de quien es y pretender ser europeo o asiático, incluso, la idea de aspirar a ser como ellos, acá resulta utópica. Es aquí donde la teoría de que si quizás los colonizadores hubiesen sido alguna nación Europeo con un nivel de desarrollo suficiente, nuestro sino hubiese sido totalmente distinto. De hecho, es hasta que Latinoamérica se libera cuando se comienza a modernizar. Resulta injusto, claro, culpar a las naciones “madres” de nuestra subdesarrollada condición. Es importante destacar, que nuestra historia continental a sido fuertemente marcada desde un comienzo por violaciones. De nuestras tierras y de la gente, y con ella, la identidad, estos hechos delimitan un proceso social en el arte, acompañado además de una serie de adaptaciones a través del tiempo. Para entender esto, es necesario darle un valor real al arte, dejar de la lado la tendencia de tasar con un “precio” y no una valoración de acuerdo a lo que históricamente representa.
Cuando se habla de pastiche, hace referencia a la cualidad de Latinoamérica de no encontrar un lugar, ese lugar al cual se pertenece, es por esto que nos vemos obligados a tomar características, comportamientos y elementos extranjeros. Los que “usamos” descaradamente como nuestros, innatos y cotidianos. Ir de Shopping al Mall o celebrar navidad, hoy resulta algo total y completamente normal e incluso podremos denominarlo “nuestro”, “propio” y “chileno”.
Bricolage o más bien bricolaje, se define de la siguiente forma en la versión online del diccionario de la Real Academia de la legua Española: “Actividad manual que se manifiesta en obras de carpintería, fontanería, electricidad, etc. Realizadas en la propia vivienda sin acudir a profesionales”. Apoya la idea de tener y trabajar el arte con tendencias Europeas pero a la usanza Americana. ¿Tendremos entonces el título de posmodernos, siglos antes de que este existiese y de una muy singular manera?

Los medios de comunicación masivos, ejercen una presión sobre la sociedad actual. Nos indican que hacer, como actuar, que comer, a quien idolatrar e incluso como pensar. Teniendo éxito, claro, en los sectores más desprotegidos, ya sea porque se les oculta información o porque simplemente no la comprenden. No olvidemos tampoco que los medios masivos de comunicación representan una amenaza directa a las tradiciones populares, algunos instruidos en el tema pensaron, incluso, que lo culto y lo popular seria totalmente desplazado por lo masivo, una subcultura que esta siempre determinado por sus agentes y la extensión de su público . Este proceso de “dominación” viene desde mucho antes, antes de la aparición de la televisión y mucho antes de la radio. Todo comienza cuando se intenta homogenizar a las culturas americanas, por medio de la conquista, colonización y ,la nunca infaltable, cristianización. Destaco a Canclini cuando dice:” La noción de cultura masiva surge cuando ya las sociedades estaban masificadas.”
Cuando se logró la masificación sociopolítica y masificación impulsada por la alianza de medios y populismo, las comunicaciones masivas cambiaron su participación. Aparecen como agentes de innovación desarrollista. Mientras se industrializa la producción y se multiplican incansablemente los bienes de consumo modernos; la televisión, radio e incluso los medios escritos, los publicitan con el fin de “enganchar” a nuevos consumidores y sus necesidades.
El arte que llega a ser expuesto ante un medio masivo, como por ejemplo la televisión, esta despojado de su inspiración inicial, muchas veces se desvirtúa y se saca de contexto. Es probable que los discursos sociales queden a un lado y se de paso a una cierta “garantía”, que significa ver a un actor contando su proceso de construcción de personaje en un “matinal” o programa de “opinologia” para contextualizarlo en Chile.
Informacion: Citas del libro "Culturas híbridas" de Néstor G. Canclini. También se cito el diccionario de la Real Academia Española Online. www.rae.es